Me ves y me sonríes. Me abrazas. Tomas mi mano y no quieres soltarla. Hablas conmigo. Dices que confías en mí. Y, sin embargo, no me buscas, no reconoces mis besos, no me quieres ver o me miras de lejos. No me confías tus dolores y te resistes a decirme "te quiero".
Yo sé que no quieres verme.
Yo sé que no quieres hablarme.
Pero entiéndeme.
Aún no te olvido.
Necesito estar contigo.