domingo, 23 de octubre de 2011

Storm

Cuando todo parece salir mal.
Cuando el mundo parece caerse a pedazos.
Cuando todo el mundo huye.
Cuando el objetivo se ve del otro lado y nos damos cuenta que no podemos cruzar la calle.
Cuando el camino se hace infinito.
Cuando un litro de agua se hace un mar.
Cuando las dudas nos envuelven.
Cuando la desesperanza se adueña de nuestros corazones...

¿Qué es lo que debemos hacer?


jueves, 20 de octubre de 2011

Dance, love, sing, live

Derraparía a cualquier lugar por ti.

domingo, 16 de octubre de 2011

Cómo decir soledad...

Qué difícil olvidarte, soledad, que me abrumas y me envuelves.
Qué fácil encontrarte, cuando en esos verdes ojos sólo ves indiferencia.
Qué lindo despedirse de ti, soledad, cuando suaves destellos afloran en sus ojos.
Qué dolor causas cuando te veo de frente.
Cuán frecuente te haces presente, como si algún día fuera a olvidarte... Ojalá eso fuera posible.
Pero no te puedo echar yo sola... Se necesitan dos manos más, y por ende, alguien más.



Hoy me dijeron: ¿tenés ojos celestes, no?

Naturalmente, respondí que no:

-No, son verdes, pero cambiantes.

Quien me lo había dicho se sorprendió y le expliqué por qué y bajo qué condiciones cambian. Por eso a veces se notan más claros, con un tono más verdeazulado, otras veces claros con tendencia a un color miel, y en algunas ocasiones son puramente verdes, sin ningún matiz extra.


Estos últimos días estuviste feliz. Tus ojos eran verdeazules con una veta verdosa hacia el centro. Pero cuando te conocí, era completamente al revés. Tus ojos estaban teñidos de un verde claro que se iba azulando hacia el centro.

Ya que no puedo leer tu mente, al menos quiero leer tus ojos, que dicen más de lo que vos esperás. Ojalá viera algún día tu pupila dilatarse cuando te miro.

Aquella vez que te lanzaste a abrazarme sin reparo en todos los demás, tus ojos eran puramente verdes. Y claros. Pero los días que sentí tu desagrado, no dejaste que viera tus ojos. Porque no me veías de frente o porque mirabas hacia otro lado. ¡Qué difícil adivinar!

No sé por qué esos dos ojos fulgurantes me atraen tan poderosamente. O sí sé. Pero no quisiera, porque ninguno de esos destellos fue por mi causa, porque ellos son la llave de mi libertad, y sin su ayuda no voy a poder escapar de mi cárcel.

Quisiera poder descrifrar la clave que se esconde tras tus ojos, y volver a ver el sol. Me pierdo en ellos, buscando lo imposible, mientras tu sonrisa intenta distraerme. Y muchas veces lo logra, tal vez sea por eso que aún no he encontrado la llave. O tal vez ya no tengo que buscar nada, porque encontré mi libertad el día que te conocí. Es una lástima que esa libertad no me permita escapar de la soledad, sólo teniendo tus ojos siempre frente a los míos voy a poder abrir esa puerta y volver a ver el sol.


lunes, 10 de octubre de 2011

Darkness (Lacrimosa)


Daría la mitad de mi vida por tener tu amor ahora. Yo sé que lo sabés. Pero también sé que lo evadís, y que eso nunca se va a cumplir.

Antagónico

Igual y opuesto. Simplemente así: igual y opuesto, antagónico. Como las dos caras de una misma moneda, como el reflejo de un espejo. Sentimientos iguales y opuestos se encuentran y chocan; el blanco y el negro chocan, y como resultado nace el gris. Esa nada que es la mitad de todo. Un sentimiento 'gris' que resulta del choque de dos polos antagónicos y que los deja suspendidos en el aire, enfrentados, con sólo una finísima capa transparente que no permite el encuentro de ambos. Se ven, se escuchan, se sienten... Pero no pueden encontrarse. Esa capa finísima que separa lo real de lo irreal, la realidad de la ficción, la verdad de la mentira, el amor y la indiferencia, es uno mismo. El gris que se encuentra en la mitad es la persona que se encuentra en medio de sus dos caras, de sus dos partes. Es esa persona que se mira al espejo, y aunque se ve igual, no se siente igual.


La noche era joven, las luces tenues, las estrellas miles, y la luna brillaba implacable en el cielo, rodeada por un halo dorado.

Ella miraba hipnotizada la luna, como si fuera a apagarse, como si fuera la última vez que podría verla. No se fijaba en nada más. Todo lo demás no existía. Y pensaba. Su brillo era el reflejo de su opuesto, pero el cuerpo visible era simplemente una esfera blanquecina. Lo mismo que se ve cuando miramos directamente al sol, pero totalmente enfrentado.

Pensó: Cada persona es única. Tiene un único cuerpo y su personalidad es una mezcla única. Pero cada uno tiene su reflejo. Lo que se ve es siempre lo mismo, pero se siente de maneras opuestas en cada momento. Se puede ver a una persona y reconocer una de sus caras, y cuando ésta se da vuelta, ver su otra cara.

Clavó su mirada en sus ojos, pero viendo su reflejo. Aquel pequeño espejo de auto era suficiente para ver por detrás de lo visible. Reconoció cada una de sus facciones, los claroscuros del verde de sus ojos, la suavidad de una sonrisa que quería superponerse sobre el rostro serio. Pero no se vio a sí misma. Se encontró con las dos caras de su moneda. Se encontró con su reflejo opuesto.


Sin quitar los ojos del espejo, reflexionó sobre lo que podría ser ese reflejo antagónico, sobre lo que hay del otro lado de esa fina capa gris que constituimos. Así se dio cuenta de que todo el universo está regido por esa ley, la ley del antagonismo, la ley del equilibrio, la ley del ying y el yang. Todo tiene su antagónico, su igual y opuesto. En especial las personas. Así como cuando nos encontramos con El Bueno y El Doliente, las dos mitades de Medardo, de la historia de Calvino. Pero no necesariamente se es totalmente bueno o malo. Sino que todo lo que se presenta de una manera en una de las caras, se presenta de la manera opuesta en la otra cara.

Y no tiene excepciones, a mi pesar. Quisiera que hubiera una única excepción. Pero sé que no la hay.

Dejó el narcisismo momentáneo en el que había caído y volvió a seguir con su mirada la luna, su brillo, su halo y lo maravilloso de su existencia. Sólo le quedó una duda: ¿Por qué no había pensado esto antes?


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lunes, 3 de octubre de 2011

About perfection of imperfection

Hasta el más perfecto es imperfecto; y sólo el imperfecto puede llegar a ser el más perfecto.
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Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.

Isaac Newton (1642-1727) Matemático y físico británico.

Las huellas del hombre sobre el hombre son eternas y ningún destino se ha cruzado impunemente con el nuestro.

André Maurois (1885-1967) Novelista y ensayista francés.

La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que siente mucho, habla poco.

Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.

About perfection of imperfection