miércoles, 17 de agosto de 2011

¿Por qué?

Dice una frase en Facebook:

-¿La quieres? -No, la amo.
-¿Y cómo sabes que la amas? 
-Porque si pienso en ella me salen cosquillas en el estómago; si me toca, el corazón se me acelera; si me habla, me saca una sonrisa; si suena el teléfono, voy corriendo a ver si es ella. Porque me despierto cada mañana con ganas de acostarme de nuevo para volver a soñar que está a mi lado, porque sueño despierto... Porque si me besa, me hace alcanzar el cielo, como si lo tocase con la punta de los dedos y si me dice un simple "te amo", me hace el más feliz del mundo. Porque si estoy con ella es como si el mundo se parase de repente, el tiempo no corre y no puedo pensar en otra cosa que no sea en ella. Y si me abraza... Si ella me abraza me siento seguro, como si nada me pudiera pasar estando entre sus brazos. Y porque me encanta cuando llega con esa sonrisa, como si todo fuera posible... Porque sé que solo quiero respirar su aliento. Apareció de repente, y poco a poco, se convirtió en mi vida. Por eso sé que la amo...

¿Quién no quisiera una razón para amar? ¿Quién no quisiera una razón para justificar el sufrimiento? ¿Quién no quisiera tener la razón por la cual su vida entra en un espiral de emociones, sensaciones y sentimientos sin fin? ¿Quién no quisiera saber la razón por la que se levanta cada mañana, y por la que no duerme durante las noches?


Aquí arriba, señores, aquí arriba se encuentra la razón. La única razón por la cual todo pasa y todo puede moverse. Aquí la razón por la cual el amor no se compra ni se puede vender, no se fabrica ni destruye voluntariamente, y tampoco se puede pedir o exigir. El amor sólo se puede dar y recibir, y para que realmente esa "transferencia" se cumpla, debe ser recíproco. Si no lo es, el amor se muere de a poco. Lo cual para nada significa que desaparezca, sino todo lo contrario, reaparece cada día causando un dolor más fuerte. Y a pesar de que el amor no tenga una definición concreta y mucho menos simple, en unas cuantas palabras se resumió su razón de ser. Que a veces está y no la podemos o no la queremos ver.

Mira a tu alrededor y dime que no me ves.